domingo, 17 de mayo de 2009

el río al sol

vuelvo a Ciudad Universitaria y ahí están como siempre los estudiantes que suben las escaleras de cemento, aunque no resultan feroces como cuando yo venía sin saber muy bien para qué pero con esfuerzo a estas mismas torres truncas y perseguía el hilo enjabonado de clases a las que asistía con la panza vacía y la cabeza disparada y casi nada es igual ahora, aunque la cabeza siga yéndose por ahí y no haya dejado yo de ser alguien que mira desde afuera con la boca abierta y las hojas del otoño y el río al sol tras los ventanales sucios también sean los mismos de algún modo.

(quién puede jurar que no tendrá que viajar colado otra vez en los colectivos atestados de esta parte del mundo, que aceleran invariablemente a fondo en curvas tan cerradas que las cosas frágiles se rompen para siempre)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

pero nunca somos los mismos

c.

Anónimo dijo...

¿nunca? ¿y el río? ¿siempre es el mismo?

Anónimo dijo...

¿ leiste Sidharta ?
y el pasaje del río que lo dice todo.
c.

Anónimo dijo...

lo voy a buscar de nuevo, porque lo leí y me olvidé. Me olvido de todo, me quedan olores, formas, en vez de recuerdos
F., el desmemoriado

Anónimo dijo...

muy buenas fotos

saludos