miércoles, 2 de agosto de 2017

Palacio de hielo

De tanto en tanto un pájaro se estrella contra las paredes de cristal del Enterprise (así le decimos al edificio inteligente). Las aves confunden el reflejo del cielo con el cielo y eso les cuesta la vida.
Pero todos nos engañamos. Algún día, me digo, podrás volver a tus fotos, algún día, me ilusiono, tus fotos y tus pensamientos serán tu trabajo.
En el Enterprise la vida tiene la textura de un render. Una hora es igual a otra hora. Cada día es igual a cualquier día. La temperatura es la misma. Siempre. Eso es algo que los pájaros no llegan a saber. Cuando me acerco, las puertas de cristal se hacen a un costado para permitirme el paso. Pero también muero. Intento no llamar la atención. Saludo a los de seguridad. Avanzo con la naturalidad de un pájaro muerto. Fulminado a una velocidad desesperante, pierdo la vida.

jueves, 11 de mayo de 2017

Me interesa

Facebook me acaba de invitar a mi muestra de fotos. Doy clic en "me interesa", porque no asistiré. Es en Francia, que este año, especialmente, me queda un poco lejos. Pedí ayuda al gobierno nacional. Y al de la Ciudad. Lo hice a mi modo: torpe, tarde y sin verdaderos contactos. Y aquí estoy, oyendo la lluvia sobre los techos de Buenos Aires. Interesado en mi muestra. Yo quería ir. No tanto por mí -me gusta la lluvia de Buenos Aires-, más bien por la galería y por el sello Warm y por mi querido compinche Juan Pablo Espinoza, que ya no vuelve por este país (él puso en marcha todo cuando me pidió fotografías para el arte de su disco de vinilo). También por las fotos: se me ocurrió que estando allá yo iba a poder velar para que no escape cada una por su lado, que es lo que a veces les pasa.