sábado, 15 de agosto de 2009

Apariciones

De acuerdo, nos iremos por ahí disueltos en la materia y la vida, sin sobresaltos, así es el olvido.
Pero cuando el poder, a escondidas, mata a una persona y oculta su cuerpo, otras personas heredan su rastro, como si el agua tuviese que recordar el dibujo de una estela.
Los que quedan guardan frases, tardes, fotos, colores de ojos y otras cosas.
El domingo pasado hubo sol y tuve que fotografiar a Alejandro Pedro Sandoval Fontana. Alejandro es hijo de desaparecidos y no hace mucho que lo sabe. Hace poco supo también, y al principio, la verdad, no quiso saber nada, que quienes se hicieron pasar por sus padres se habían apropiado de él conociendo que era un bebé nacido en cautiverio.
Su vida, que había creído nítida como un cristal, de pronto tenía una grieta y un día se desplomó. Ahora fuma y dice que aceptar las cosas fue igual que quitarse una mochila muy pesada. Quiere saberlo todo, construye a sus padres con recuerdos ajenos. Al principio eran militantes borrosos; ahora más que nada son jóvenes enamorados para siempre.
Hace poco, en Entre Rios, le mostraron el Fiat bolita que usaban en días que Alejandro supone felices. Pensó en repararlo y ponerlo a nuevo. Después se le ocurrió que las huellas del tiempo eran importantes y era mejor dejarlo así.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

crei que el de la foto eras vos.

c.

Anónimo dijo...

a veces elijo que cosas recordar
a veces no puedo olvidar

eduardo carrera dijo...

No soy yo, Carmen, ni me parezco ni me pondría en dos entradas una detrás de la otra!!
Dudé bastante acerca de poner o no la entrada anterior. Al final pensé que en la vida, y sobre todo en este blog, el humor no sobra, nunca.

gerardo dijo...

Si pudiera escribir sobre mis fotos, estas se volverían mas interesantes.
Estaría bueno recuperar el interés en las fotos; tanto en la toma como en el recuerdo que producen.

inanidades dijo...

estaba sentado en un apoya pies, por que algo tan bajito y sin respaldo no puede ser otra cosa mas que un apoya pies, mirando un librito de fotos de Cuba, y ya se hablaba de que el aparato infernal y azul se habia descompuesto, yo ya lo sabia, tambien sabia a quien pertenecia, por que un rato antes habia pedido el libro del autor fulano de tal y como respuesta me revolearon un "es ese aparato azul que esta allá!", la pucha! -le dije a la chica que mientras me lo señalaba trataba de encontrar un librito lleno de hojas verdes; mañana me va a doler mucho el cuello, pensaba mietras veia una cabra remolcando a unos nenes en una carreta, y levante los ojos, encontre a un hombre bastante alto en una posicion extraña (como alguien que espia por una cerradura pero sin cerradura, ni puerta, ni nada), que miraba a travez de un objeto aun mas extraño, el objeto era como tres agrandadores de grano juntos y gigantes, y el sujeto muy parecido al que esta con el Dr Tangalanga en la fotografia de abajo, no pude mas que sonreir y, volverme pa Cuba. Es una verdadera lastima que no haya podido usarlo, pero por lo menos lei las instrucciones !

eduardo carrera dijo...

hola Inanidades, tu comentario, que agradezco, me decidió a hablar del artefacto como sea, total, nunca iba a encontrar el tono para contar un fracaso tan deslumbrante.
abrazo
e.