jueves, 11 de febrero de 2010

Semillas del árbol de la nostalgia


La ciudad quedó atrás como una gran explosión de película que todavía puede alcanzarme. Acelero hasta bajar de la autopista, sigo por la ruta 36, atravieso sus cuatro rotondas con pastizales, espío los pueblos dormidos al sol y los animales atropellados que se acercan dolorosamente hasta desaparecer. Por fin abro el casco para sentir el río que ya está en el aire. Minutos después estaciono la moto bajo el alero del rancho color eukanuba.
Tengo diez días de vacaciones. El día número once el mundo se derrama como en los planos antiguos en los que grandes tortugas sostienen la tierra.
Para el miedo recomiendo las estrellas de punta indio, que amenazan con hacerte desaparecer pero nunca podrían hacerte daño.
Cuando llegue el otoño, subiré fotos de vacaciones. Respetaré el género: fotos como amuletos del verano, perfectos recuerdos postizos para desenvolver durante el año. No encontrarán animales atropellados ni mundos que se derraman, espero.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

esa casita es un sueño!

Punta Indio es mar o rio ?

buenas vacaciones Eduardo

saludos

C.

eduardo carrera dijo...

Punta Indio es río, sin dudas. Pero límite con el mar,que se siente en el agua a veces salada y se presiente en las olas. Se ha vuelto un poco turístico (¿?). Bueno, dos meses al año.
Ahora estoy de nuevo en Buenos Aires, imitando la vida que tenía antes de irme, pero rumiando cómo cambiarla... Es ahora, ya, porque después el espíritu de la libertad se va, o peor, se echa a perder.

maria laura vazquez dijo...

Siempre me pregunto porque dura tan poco tiempo ese espiritu de libertad que sentimos en vacaciones, porque se diluye en cada baldosa que vamos pisando como si fuéramos un hielo que se va derritiendo...
Cada vez estoy más convencida que debería elegir otro lugar para vivir, que esta ciudad ya no dá para más y cada día nos va haciendo seres más hostiles e intolerantes...

Saludos Edu

Anónimo dijo...

veo un nuevo arco y flecha.
montura negra sobre un caballo negro.
para llegar a la casa del color del palo borracho en flor.
felicitaciones.
gerardo

eduardo carrera dijo...

cuánto más lindo el color palo borracho en flor que el color eukanuba, gerardo. Casi me absolviste por el color de la casita. ¿quién puede acertar en los catálogos de las pinturerías?
María Laura: me gustó la imagen del cubito de hielo que se derrite día a día en la ciudad, en la línea Gabriel Orozco. Supongo que lo normal es volver de las vacaciones como viudo de vidas posibles aunque inalcanzables. A menos que...

Alfredo Martínez dijo...

Es excelente, tu blog.
Un abrazo.
Alfredo