Sí, veces mis paredes queman también. Pero la lluvia de esta noche me tiene en una calma fresca, amable, con sabor a té con miel y a punto de desearme dulces sueños.
Gracias Cuerpos Letrados. La foto es en Punta Indio. Nunca vi a nadie en esa casa. Era nueva, pero siempre estaba cerrada y sin señales de vida, como si la hubiesen abandonado apenas terminada. Un invierno volví a Punta Indio y la encontré hecha cenizas. Justo por esos días, yo, que me había pasado la vida buscando una casa, había decidido que mi hogar estaría ahí donde yo estuviera. Que mi hogar iría conmigo.
hago fotos, de vez en cuando escribo, en Buenos Aires, Argentina.
Estás entrando a un blog casi secreto o muy exclusivo, o íntimo. O sea uno de los menos visitados de la tierra.
3 comentarios:
Sí, veces mis paredes queman también. Pero la lluvia de esta noche me tiene en una calma fresca, amable, con sabor a té con miel y a punto de desearme dulces sueños.
Gracias Cuerpos Letrados.
La foto es en Punta Indio. Nunca vi a nadie en esa casa. Era nueva, pero siempre estaba cerrada y sin señales de vida, como si la hubiesen abandonado apenas terminada.
Un invierno volví a Punta Indio y la encontré hecha cenizas. Justo por esos días, yo, que me había pasado la vida buscando una casa, había decidido que mi hogar estaría ahí donde yo estuviera. Que mi hogar iría conmigo.
Definitivamente, esa breve anécdota llena de vida a la casita que una vez fue. Mucho más, me atrevo a decir, que el sentimiento ardiente de Anderson.
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