Pero todos nos engañamos. Algún día, me digo, podrás volver a tus fotos, algún día, me ilusiono, tus fotos y tus pensamientos serán tu trabajo.
En el Enterprise la vida tiene la textura de un render. Una hora es igual a otra hora. Cada día es igual a cualquier día. La temperatura es la misma. Siempre. Eso es algo que los pájaros no llegan a saber. Cuando me acerco, las puertas de cristal se hacen a un costado para permitirme el paso. Pero también muero. Intento no llamar la atención. Saludo a los de seguridad. Avanzo con la naturalidad de un pájaro muerto. Fulminado a una velocidad desesperante, pierdo la vida.
2 comentarios:
a veces, sólo a veces, pienso que no somos nosotros que perdemos a la vida sino que la vida nos pierde a nosotros, pero después creo que sólo es el insomnio, o el exceso de sueño lo que nos nubla todo el tiempo las retinas.
Me gusta pensar que la vida nos pierde a nosotros, no importa si es cierto. Sin dudas es una forma más elegante de salir de escena. Un beso
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