lunes, 24 de agosto de 2009

Por eso

Acabo de darme cuenta: espero que el blog me pinte como -y quizá algún día me transforme en- alguien interesante, alguien que se detiene con cierta regularidad a escuchar la respiración del mundo. Cosas así.
Lo cierto es que ahora mismo ni mi parte del blog ni mi vida somos demasiado amables.
El despertador es un campanazo que me obliga cada día a levantarme y dar pelea, hasta muy tarde, haciendo casi todo a medias, con torpeza y a veces desesperación.
Por eso, por llevar una existencia de lo más común y corriente, no encontré todavía el momento de hablarles del Girograf.
Porque hice un aparato bastante extraño que se llama Girograf y en su panza tiene las entradas y comentarios de este blog. Lo hicimos con Hernán Giagante, socio creativo en esta fábrica de un solo producto. Lo presentamos con expectativas en la feria de libros de fotos reciente y ¡no funcionó! Falló la mecánica. El concepto, creo, sigue intacto. Y seguimos trabajando. Ya les contaré.

4 comentarios:

inanidades dijo...

voy a tratar de escribir sin pensar, quiero decir, escribir tratando de no mover mucho la perilla que regula el retorno de lo que escribo. no sabia que el libro, es decir el artefacto como sea, es decir el GIROGRAF!, estaba compuesto por el blog ARENA (con los comentarios y todo!), me parece una cosa de locos, una idea fantastica, la de materializar un blog y a su vez darle la funcion de velador!, note la coincidencia de titulo con respecto al blog, pero jamas hubiera pensado que fueran una misma cosa, ahora como un recuerdo que me voy inventando, creo haberlo leido en las instrucciones, pero no se hasta que punto es tan asi. Como decis por ahi arriba un fracaso mecanico, como un rengo con alas, y lo otro intacto.

eduardo carrera dijo...

como un rengo con alas, me gusta la imagen, muy adecuada al caso!
Entre otras cosas, me resultó conmovedor el modo en que la espuma de los comentarios cristalizaba en dos dimensiones detenidas, se volvían atractivos como fetiches.
saludos

Fer Cipriani dijo...

Lo interesante en una nueva versión -ya con la mecánica pipí cucú- es la autoreferencialidad del artefacto en cuestión: un Girograf y en su panza se contiene.

gerardo dijo...

En mi casa hubo muchos aparatos.
Anoche estuve haciendo memoria.
Recordé el carrusel kodak que hasta me permitieron llevar a la escuela en tercer grado para proyectar unas diapositivas que habíamos dibujado para el dia de la raza.
También un Bell & Howell de cine en 16 mm. que mi viejo terminó permutando por un super 8 sonoro con el que veíamos las películas mudas que desde hacía años nos venían filmando.
Tuvimos una tele blanco y negro portátil que apoyado en el techo del auto era una especie de autocine en miniatura para ver los partidos.
Lo que me encantaba era mirar esos discos de cartón con unas minidiapositivas que se veían tridimensionales del hombre en la luna y el oso yogui con esos visores con palanca que parecían largavistas con luz; y parecido a eso también había un visor de diapositivas con una lupa enorme adelante y luz de atrás que funcionaba con pilas.
El mas raro de todos era un retroproyector, yo lo vi una vez en el trabajo de papá; justamente ese es el que me hizo acordar de este otro aparato del que no recuerdo el nombre: estaba en la escuela aunque tengo la duda, tal vez fuera de Marcelo Marder, que el padre tenia una casa de fotografía en diagonal 80.. La cosa es que hacíamos cola para ver las láminas que pasaban, tanto las fotos como las descripciones, pero de forma continua, no había que cambiar de hojas, muy didáctico. Una maestra incluso nos mostró sus vacaciones, armó como un diario de viaje ilustrado o a lo mejor fuera una película, la verdad que algunos detalles se me escapan. Pero había una revista o fascículo que en esa época traía los rollos temáticos para cargarlos en el aparato y verlos a modo de enciclopedia luminosa... ¿cómo era que se llamaba?
Me sale giróscopo, pero ese era un trompo, medio cibernético pero un trompo al fín.