lunes, 26 de octubre de 2009

Ruta 36

Si por mi estado de ánimo fuese, el autobús campesino que me lleva de La Plata a Punta Indio tendría luces y sirenas de ambulancia. Pero ahí vamos todos en silencio.
Sólo un idiota puede comprar el diario para distraerse en el viaje. Hambre, sequías, inundaciones. Las noticias del futuro son tan estimulantes como las de ayer.
Miro por la ventanilla procurando no ver nada que no sean colores, formas fugaces deshilachándose antes de perderse para siempre. De cuando en cuando me distraigo de mi propósito y veo fotos que haría. Una isla de álamos casi blancos contra el cielo de plomo. Una casa de chapa en medio de la nada; eso parece, pero antes de dejarla atrás advierto que la rodea un bosque de arbolitos ínfimos, pequeñas varas que el viento dobla (hace media hora por lo menos que está por llover desesperadamente).
Se me ocurre que a muchas de mis fotografías les sobran constataciones fúnebres, que derrochan encierro, oscuridad. Necesitan aire, frescura, despreocupación. Si hago fotos distintas, tal vez sea otro mi mundo. Quién sabe. No pierdo la esperanza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

las flores de tela sobre el mantel de hule

creo

c.

inanidades dijo...

yo lo que veo Eduardo, o mejor dicho, lo que mi pequeño kit de herramientas chinas me deja ver, es el testimonio de alguien que esta vivo.

lo digo muy en serio.

eduardo carrera dijo...

Es verdad, C., flores de tela sobre mantel de hule con hojas de otoño. Homenaje sintético a las formas más aplaudidas de la naturaleza. Siempre pensé que las fotos son un poco flores de plástico, me gusta. En la primera casa que alquilé en punta indio había muchas fantásticas. Incluso una pared cubierta por completo por una pintura de un tiburón comiendo peces. Si alguien me escribe desde mi página web le sale una pantalla con un gracias y una foto del jardín de esa casa que recuerdo especialmente. Estuve menos de 15 días pero inventé mi Museo del Amor y, sobre todo, fui bastante feliz mientras el país y mi trabajo se caían a pedazos.
Gracias, Inanidades, por detectar ese rastro de vitalidad. ¡¡¡Generoso kit de herramientas chinas!!! Lo aprecio.

maria laura vazquez dijo...

por sobre todo no perder las esperanzas...